El atractivo de Miss Venezuela 2011, Irene Esser, y el inspirado lente fotográfico del –también diseñador- Iván Dumont, se unen para corroborar que la Naturaleza es raíz de la vida pero también, aquí, un excepcional elemento de la alta costura que cada día toma auge en el mundo de la moda.
El verde no es solo el color favorito de muchos usuarios y diseñadores de ropa, sino también un impulso, un mandato de conciencia, un compromiso ineludible que progresivamente suma fuerza al momento de adquirir y elaborar trajes de manera que no afecten negativamente al planeta. Hoy, las pasarelas y diseñadores más destacados se inspiran en este tono no solo para la elaboración de trajes, zapatos y accesorios, sino en la causa a la que alude y que los inspira al momento de seleccionar materia prima cuya elaboración genere un menor daño al medio ambiente.
La organización ecológica Greenpeace ha señalado que la mayor parte del impacto medioambiental de la industria textil se produce durante los procesos de elaboración, de allí que entre las celebridades que motorizan acciones para revertir tal situación destacan Donna Karan, Donatella Versacce, Giorgio Armani, quien lanzó recientemente una línea de pantalones vaqueros elaborados con algodón orgánico, así como Stella McCartney, reconocida por sus colecciones orgánicas fabricadas a partir de materiales respetuosos con el medio ambiente.
El sociólogo español Francesco Morace señala que “precisamente porque es parte de un contexto más amplio, el fenómeno no es atribuible a la lógica de la moda y, por tanto, no tendrá un carácter cíclico, sino que se convertirá en un nuevo punto de referencia de calidad, necesario e indiscutible”. Que sus palabras sean ciertas, por el buen gusto, pero sobre todo por el bien de la madre tierra.
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